1. Centro Interactivo Vino y Territorio (ficticio / modelo ideal) 

Un espacio público imaginado como museo vivo del valle. 


  • Muestras de suelo, aromas, texturas de cepas. 


  • Línea de tiempo del vino en Casablanca.


  • Talleres de poda, compostaje, cocina con productos locales. 

2. Cicloturismo por caminos rurales 

Rutas de bajo tránsito para recorrer en bicicleta, conectando pueblos interiores, miradores naturales y estaciones de tren abandonadas.

3. Puntos de observación nocturna

Casablanca posee cielos limpios gracias a su baja contaminación lumínica. Se organizan encuentros autogestionados para observación astronómica y noches de cuentos campesinos.

4. Paraderos de vino ancestral

En sectores rurales, pequeños productores venden vino a granel desde sus casas o barricas artesanales. No tienen marca ni etiqueta, pero forman parte del paisaje tradicional y la economía doméstica.

 

📜 Historia del vino en Casablanca: Del grano a la vida

A diferencia de otros valles vitivinícolas del país, Casablanca fue históricamente una zona de producción agrícola cerealera, centrada en trigo, avena y papas. Fue recién a fines de los años 70 cuando comenzaron los primeros ensayos con vides, y ya en los años 90 se consolidó como una zona de excelencia para cepas blancas y Pinot Noir. 


Hoy, el Valle de Casablanca forma parte de las denominaciones de origen chilenas, con reconocimiento nacional e internacional. Pero detrás de las botellas y los premios, hay décadas de trabajo campesino, adaptación al clima costero y construcción de una comunidad agrícola resiliente.